quarta-feira, 18 de novembro de 2009

Windsurf

Podría decirse que los inicios del windsurf se remontan a la década de los 30, cuando el gran pionero del surf, Tom Blake (1902-1994), en un día en que sus brazos se encontraban cansados de "remar" en busca de buenas olas que surfear, pensó que sería una buena idea propulsarse con el viento. Para esto, y despues de experimentar un poco, insertó un muy básico aparejo a su tabla y llamó a su invención "sailing surfboard". Había nacido el windsurf.


Sin embargo, esta modalidad no tuvo gran aceptación ni difusión y transcurrieron alrededor de 30 años, hasta que en el año 1964 el estadounidense Newman Darby, ayudado por su esposa Naomi, diseñó la primera "tabla a vela", mientras se encontraba de vacaciones en Wyoming Mountain, Pennsylvania. La idea de usar un aparejo de mano montado en un ensamble universal, para controlar pequeñas embarcaciones, había rondado la cabeza de Darby desde fines de la década de los 40, aunque nunca la había llevado más allá.
La tabla original diseñada por Darby tenía un formato rectangular, llevaba sólidamente ensamblados un mástil y una vela con forma de "barrilete" y se dirigía mediante la acción de una barra horizontal sujeta a ambos lados de la vela.
A partir de ese momento, los Darby comenzaron a organizar lo que fue la primera empresa de tablas a vela, que se llamó Darby Industry's Inc, con Ken Darby (hermano de Newman) como presidente, Newman encargado de los diseños y Naomi, de las promociones.

Llega la fiebre por el viento
En el año 1965, este nuevo invento comenzó a tener difusión en importantes medios, como la revista Popular Science, diferentes periódicos, el show televisivo "The Price is Right" (el famoso "Precio justo") y el "Philadelphia Boat Show", entre otros.
El comienzo de la fabricación en forma masiva de equipos de windsurf se inició en 1970, de la mano del ingeniero aeronáutico y navegante Jim Drake y el surfer Hoyle Schweitzer, ambos del sur de California, quienes, despues de experimentar con varios prototipos, diseñaron una tabla a vela a la que llamaron "Windsurfer". El material utilizado en la fabricación de esas tablas fue el polietileno, dejando así de lado la fibra de vidrio utilizada hasta el momento, que era mas costosa y menos duradera.

Dupont, importante compañía proveedora de polietileno, quedó tan impactada con el nuevo uso que se le daba a este material, que publicó un articulo que le dió a la "Windsurfer" fama mundial.
En 1973 Schweitzer adquirió la mitad de la patente correspondiente a su compañero Jim Drake y Tencate obtuvo su licencia para fabricar la Windsurfer en Holanda. En los cinco años que siguieron, este nuevo deporte fue ganando gran popularidad entre los europeos, y las ventas de estos equipos en Europa superaron las de los Estados Unidos. Aunque parezca extraño, los Darby y el dúo Schweizer-Drake, no habían oído hablar los unos de los otros hasta el año 1976, en que comenzó una millonaria pelea legal por los derechos de la invención de la tabla a vela. Mientras tanto, en Hawaii, comenzaban a gestarse ideas que revolucionarían el mundo del windsurf conocido hasta el momento...
La revolución del windsurf se gesta allá por el año 1977, cuando dos hawaiianos, Horgan y Stanley, experimentaron como todos los otros windsurfistas, el problema de navegar con fuertes vientos y olas encrespadas: perdían el control de la tabla y eran catapultados al agua, dándose fuertes golpes.




Tom Blake en 1929


Los Kailua Kids (de la playa Kailua, en la isla principal Oahu del archipielago Hawaii) como se denominaba a los iniciadores de este deporte en Hawaii, decidieron ponerles footstraps (cintas acolchadas o cinchas) para sujetar los pies a la tabla y tener así total dominio sobre ella. Esto permitió navegar con firmeza y obtener mayores velocidades, pero la orza comenzó a estorbar y la eliminaron, continuando además con el proceso de acortar el largo de la tabla, ya que se percataron que la tabla se volvía más "manejable" con vientos fuertes y olas grandes cuanto más corta era.

En 1980, Mike Waltze, otro Kailua Kid, desarrolló una maniobra vital, el waterstart (salida desde el agua), sin usar la driza (cabo para levantar la vela del agua). Esta técnica que luego fue aprendida por todos, permitió reducir aún más el tamaño de la tabla de manera que llegó a no tener flotación a no ser que hubiera movimiento. Sin embargo esto la hizo más maniobrable y capaz de entrar en olas tan grandes como las de la famosa playa Hookipa de Maui (Hawaii). La flotabilidad de una tabla viene definida desde entonces por lo que se denomina volumen de la misma: a mayor volumen, mayor flotabilidad y viceversa.

Las botavaras largas que chocaban y caían mucho al agua, fueron rápidamente acortadas, diseñandose velas más esbeltas y para evitar los problemas de distorsión (el famoso efecto de "flamear") por el viento, se introdujeron en ellas los sables que luego fueron aumentando su longitud hasta llegar al mástil. Aprovechando esta mejora y para crear un perfil de la vela óptimo, se desarrollaron los cambers, que son las piezas plásticas que inducen la vela a mantener una posición ideal para captar más viento y que son empleados en velas orientadas a obtener una mayor velocidad en sacrificio de una mayor maniobrabilidad y ligereza.

Empieza el boom.

Los beneficios de estos cambios poco a poco se fueron introduciendo también en Europa, que mantuvo las tablas grandes de "Division II", "Raceboard" y "One Design", aceptándose la nueva propuesta como "funboard", especialidad para vientos fuertes y con diversas modalidades donde la espectacularidad y la diversión son fundamentales, convitiéndolo en el deporte más popular y atractivo de entre todas los de vela.

Cada sofisticación que se introduce consigue incrementar la velocidad de la tabla. El inglés Fred Haywood fue el primero en romper la barrera de los 30 nudos, algo que era increíble unos años antes y ahora es natural hasta para un navegante medianamente preparado. Cada año en Weymouth, sur de Inglaterra, se celebran pruebas entre embarcaciones a vela para proclamar a la más veloz y son los prototipos de windsurf siempre los premiados en esta obsesión por la velocidad, navegando hasta en 50 nudos y a más de 80 Km./h.

Durante las temporadas del 83-84 se dió la mayor expansión del deporte, al industrializarse la manufactura de tablas y velas. En esos años las velas se fabrican con materiales ultraligeros como el mylar o monofilm; los mástiles de fibra de vidrio, aluminio, carbón o kevlar, y las tablas estudiadas centímetro a centímetro se hacen tanto en fibra de vidrio a mano (denominadas custom) como también en grandes moldes de plástico.

Finalmente en 1984 el windsurf fue reconocido como el más joven deporte olímpico a pesar de no tener ni 20 años de práctica. No se permitió bombear (pumping) la vela ni el uso de arnés, exigiendo así a los concursante una muy buena condición física. Para las competiciones, se escogió el recorrido triangular en todas las embarcaciones de vela y se uniformizó la tabla, dándole preferencia primero a la de Ostermann Windglider, luego a las Lechner, y en 1996-2000 la "Mistral One Design".
Para el 2004 ya se presentan cambios y parece ser que la Formula Windsurfing será la elegida porque esta respaldada por todas las grandes asociaciones y promueve objetivos que la hacen más justa.
El incremento del viento, las grandes olas, los saltos espectaculares y la gran velocidad conseguida, han hecho que se estudien una serie de artículos para evitar situaciones de riesgo: el casco, protectores de hombros, etc...

Hawaii y específicamente Maui es el centro del desarrollo del windsurf con gente de la talla de Robby Naish, Matt Schweitzer (hijo de Hoyle), Mike Waltze o Bjorn Dunkerbeck. Allí llegan de todo el mundo a conocer los adelantos y ver las mejores olas, pero por mucho la mayor cantidad de practicantes está en Europa, preferentemente en Francia, Alemania, Inglaterra y últimamente en España. Hoy en día los Clubs Med o Resorts incluyen el windsurf dentro de sus programas de esparcimiento por tener mucha demanda.

Y así el sueño de un surfista cansado un día de remar en busca de olas, se ha convertido en un deporte con millones de fanáticos en todo el mundo que desesperan al oír el sonido del viento y el rugido de las olas.


Autor: Ayose


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